jueves, junio 01, 2006

Gerry Mulligan

Gerry Mulligan quizás sea uno de los músicos más infravalorados de la historia del jazz, y todo por dos razones que todo músico debe evitar:

  1. Se dejó fotografiar llorando a moco tendido cuando le pillaron con drogas en 1953.
  2. Era pelirrojo.

Pese a estos dos errrores imperdonables, quizás sea uno de los mejores saxo barítonos que han existido y su carrera, demasiadas veces a la sombra de primeras líneas como Krupa o Miles, destila clase y saber estar por todos los lados. A diferencia de muchos músicos destaca no sólo como instrumentista, sino también como compositor, arreglista, director tanto de pequeñas como grandes bandas, etc.

Cool, baby, cool

Irlandés, católico, de clase media, hijo de puta, pedante y convencido de tener la voz de Dios en su saxo (y pelirrojo), con tan sólo 18 años ya estaba enrolado dándole al saxo alto en la big band de Gene Krupa, a quien cedió su clásico Disc Jockey Jump. Tras tras un breve paso por la orquesta de Claude Thornhill, nos lo encontramos armado, ahora sí, con su saxo barítono en el noneto clásico de Miles Davis que crearía el Birth of the cool, con dos temas arreglados por él y otros tres firmados por su puño y letra. Y aquí ha empezado lo bueno amigos.

En 1951, con la esperanza de desengancharse de la heroína se larga al oeste, donde decide formar su propia banda con un tal Chet Baker que le han recomendado. Dicen las malas lenguas que las primeras palabras que se intercambiaron en la prueba fueron:-No vuelvas a hacer eso bajo mi techo.- Vete a la mierda. Lo cierto es que la relación entre ambos nunca fue buena pero la compenetración musical entre ellos fue máxima: en escena ni se miraban ni se dirigían una palabra (es lo que tiene ser cool) para, nada más bajar del escenario, y a salvo de las miradas del público y del resto de la banda, abrazarse como críos si la magia había tenido lugar. Durante los meses que duró esta colaboración tomó (-aron) el movimiento cool que había creado un noneto en Nueva York, le hicieron crecer, madurar y perfeccionar hasta el punto de tocar techo. A partir de ese momento poco camino hubo que recorrer, y otros serían los que lo alargarían.Pese a que se siguieron registrando magníficas grabaciones, Gerry Mulligan parió (junto a otros) y agotó el cool. Recomendaciones de esta época? El triple recopilatorio que recoge todo lo que grabó junto a Baker para Pacific Jazz Records . Igual hasta lo subo.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Puf.Jazz de la costa oeste.Eso ni es jazz ni es nada.

2:10 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

No existe el jazz de la costa oeste, tampoco el de la coste este. "We don´t play white, we don´t play black. We play the music we feel and know".

11:11 p. m.  

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