lunes, julio 10, 2006

Bobby

Pese a que me quedé sin mi segunda ración de Dylan al intentar comprar la entrada el mismo día del concierto en Valladolid, esfumándose con ello la posibilidad de quitarme la espina de no poder ver a los Stones, me quedo con el recuerdo de el concierto que más me ha gustado de Su Majestad de todos los que de él he visto, que no son tantos, cuatro.

Tras llegar con el tiempo justo, aparcando en la zona reservada del concierto, más concretamente entre el coche del alcalde de Collado Villalba y el coche del de Duluth, no hubo tiempo ni de pasar por la barra. El concierto empezó a mi parecer frío, como empiezan todos los conciertos del judiazo, pero con Down along the cove, Zimmy pareció que ya había calentado motores y con él el público.

El repertorio siguió la línea de lo que son sus conciertos durante los últimos años (décadas), temas fijos y unas cuantas interpretaciones en la parte central del concierto para jugar a adivinar qué tema está tocando. Prescindiendo del juego, da igual lo que tocó, acertó en algunas y se echaron de menos otras. As usual. La banda sonó muy bien, excesivamente bien pese a los cambios, el "teclista" hizo lo que pudo y sorprendetemente parace que Dylan ha recobrado o algo de voz o algo de ganas de cantar.

No sólo eso, quizás fuese por la distancia, pero incluso parecía pasárselo bien con los temas más animados, haciendo esos pasos de baile que quedarían ridículos si los hiciese cualquier otra persona. Fue en este tipo de temas en los que más disfruté, aquellos en los que, por raro que pueda parecer, Dylan hacía bailar a todo el respetable con esa mezcla de R&R, blues y sonido pantanoso que consigue. Además siempre me ha parecido mágica, a la par que cachonda, la mezcla de este tipo de música con letras sobre relatos bíblicos o tradiciones judaicas. Un detalle más: la forma de ajustarse los puños de la camisa, ¿se puede hacer con más clase que él?

La única pena, que se echó de menos a algún sordo con quien comentar las jugadas del abuelo. Elia, también preguntó por ti Bobby.

PD: Me alegra comunicaros que tenemos un nuevo creyente en la parroquia. Mi querido Agustín, tras haber visto por primera vez en su vida al judío en directo (y pocos días después de haberse hecho con su discografía), me acaba de mandar un mensaje diciéndome que se va a San Sebastián a verle.

2 Comments:

Blogger Pollomike said...

Conmovido hasta el llanto con lo de Agustín,he de decir que lamentablemente para Bob,el momento de la noche fue cuando Marité nos hizo sitio donde los alcaldes.
Que desparpajo,oigan.

6:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

jejeje,sí, como si llevara toda la vida haciéndolo.

pobre sordo... estaba más triste cuando llegué a casa...

auri

11:03 a. m.  

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