miércoles, junio 28, 2006
lunes, junio 26, 2006
Delicatessen culinaria
Relaxing at Camarillo enchilada.
Que aproveche, chingón.
domingo, junio 25, 2006
Lady in blue
Esa misma tarde buceo por el soulseek y me hago con él. Diana Ross, Blue. Lo escucho y he de reconocer que tengo que dar la razón a mi compañero, es un disco muy bueno. Sin embargo algo, o todo, no me cuadra. Indago algo de información y descubro el truco: el disco nuevo no es tan nuevo, sino que corresponde a un trabajo que grabó en 1972 y que, por razones que desconozco, finalmente no salió a la luz.
1972 fue el año en el que a la Ross se le metió entre ceja y ceja encarnar a Billie Holiday en "Lady sings the blues", exitoso proyecto pese a lo disparatado que podía parecer y que propiciaría la grabación de este disco como continuación de su banda sonora bajo la batuta del mismo productor, Gil Askey.
En Blue, Diana Ross afronta un buen número de standards y no lo hace nada mal. Interpreta clasicazos como "Solitude", "Little Girl Blue", "I love you Porgy" o "Love is here to stay" siguiendo su propio estilo y evitando el error de imitar a nadie. No debemos olvidar que ya las Supremes habían visitado el cancionero de Rodgers & Hart y en directo solían revisitar standards. La producción de Gil Askey y sus arreglos son sencillos y efectivos, alejándose de orquestaciones barrocas y complejas, consiguiendo un disco altamente disfrutable siempre y cuando no se cometa la torpeza de compararla con las grandes divas que todos tenemos en mente. Perfecto para escuchar de noche, en buena compañía, y apurando gimlets.
viernes, junio 23, 2006
Everything is everything
En ese primer párrafo no he dicho nada que no se haya dicho antes. De hecho, estoy seguro que todos los que ahora leen estas letras piensan lo mismo, como estoy seguro que todos los que leen estas letras alguna vez se han (nos hemos) dejado llevar en mayor o menor medida por este juego. Entremos pues en vereda advirtiendo algo: quiero con locura a Donny Hathaway. A partir de aquí, objetividad cero.
Donny Hathaway no es un desconocido total. De hecho ni es un desconocido. Y no quiero entrar al juego de subirle a la primera división de la música, ni siquiera a la de la música soul de los años 70, aunque para mi lo está. Si jugase ahora tocaría aportar datos sobre sus aportaciones en discos de los Impressions, Aretha, King Curtis, Staple Singers, Little Milton o Joe Cocker. Luego me quejaría de que si se le recuerda, parece que es únicamente a sus discos de duetos con Roberta Flack o por su único pseudo-hit, "The Ghetto". Dejémonos de gilipolleces y de alardes biográficos puntuales, y vayamos a lo que importa: Everything is Everything.
Everything is Everything es su primer disco, y aunque no hubiese grabado más (su carrera fue corta de todas formas), Donny Hathaway se habría ganado para mí el cielo. Es un disco hecho en la línea de lo que estaban haciendo los grandes del soul en esa época, de hecho siempre he creído que tiene muchas semejanzas con Stevie Wonder: gusto por los teclados pese a ser multi-instrumentistas con técnica y groove impresionante (quien haya escuchado bootlegs en directo de esa época de Lil Stevie podrá confirmar que dejaba por los suelos a mucho musiquito presumiblemente intenso), compositor, arreglista y con composiciones que siguen los mismos patrones, gustos y temas. Seguramente Hathaway nunca tuvo el talento que sí tuvo el ciego, aunque si contó con una voz a mi gusto, no solo mucho mejor que la suya, sino de entre las mejores de los cantantes masculinos de la época.
Antes de que acabe hablando de la Seguridad Social...Pese a que se habla de sus letras poéticas de Hathaway (todas ellas con fuerte componente emocional, espiritual, racial y social), a nadie se le escapa que la mayor grandeza del disco reside en la propia composición y ejecución de los temas. Bebe del soul clásico, del blues, del jazz, de los ritmos latinos y del funk, pasándolo todo por el filtro del soul urbano de los 70.
El disco se abre con “Voices inside” una canción prácticamente instrumental salvo por los coros que repiten el nombre del tema y frases sueltas de Hathaway, en el que los instrumentos mutan, se complementan, desaparecen y aparecen con unas pocas notas articulando la canción. Y una cosa te digo, sus 22 segundos iniciales están en mi lista de 22 segundos iniciales favoritos de toda la historia. Ahí es nada. "Je vous aime" es el mejor ejemplo de cómo ser tierno sin sensiblerismos. “I believe to my soul” puede mirar de tú a tú a la original, como ocurre con “Misty” y muchas de las versiones que tiene el tema, que vete tú a saber quien fue el primero que la grabó. “Sugar Lee” es el intermedio festivo del disco. Es un tugurio nocturno lleno de vida en Harlem, hispanos, caribeños y niggas improvisando con sus instrumentos entre humo, alcohol de alta graduación, paseos al cuarto de baño y mulatas bailando encima de las mesas. De vuelta a los orígenes del blues con “Tryin´ times” y la declaración particular de “amor supremo” con “Thank you master”. No perdemos los pies del suelo con “The Guetto”, su tema más clásico, teclado hipnótico sobre una funktástica línea de bajo y ritmos latinos. Le sigue una versión desnuda y ¿más esperanzada? del clásico de la Simone “To be young, gifted and black” para terminar con “A dream”, una canción que sin ser mala, creo que supone el único borrón de este disco, por sonar a ratos a himno fanfarrioso excesivamente demagógico y happy-ending.
En artículos sobre Donny Hathaway he visto más de una vez recomendado su Live de 1972. Siendo éste un buen disco siempre he preferido el primero, incluso para empezar si no se ha escuchado nada suyo me parece mejor hacerlo por éste, ya que el directo cuenta con alguna jam y desarrollo musical que puede asustar de primeras, además de contar con demasiadas versiones en detrimento de temas propios.
Y perdonen que corte abruptamente pero tengo que ir al tajo, pero resumiendo: que sí, que Donny Hathaway está a la altura de Marvin Gaye o Stevie Wonder. Ni lo dude.
martes, junio 20, 2006
A Love Supreme
Terminé su lectura hace unos días. Una semana exacta. Desde entonces sigue sonando "A Love Supreme" repetidas veces a diario. Ahora suena el solo de McCoy Turner de "Resolution". Suena tantas veces como ratos me siento al ordenador dispuesto a hablar de ese disco. Intento escribir algo y apenas consigo hilvanar un par de frases. ¿Qué se puede decir de un disco así? ¿Se puede decir algo que aporte algo nuevo sobre este disco? Acaba de entrar Trane con su saxo. ¿Merece la pena decir cualquier cosa, por estúpida que sea, con tal de hablar de ello? Batería inicial de "Pursuance", al minuto y medio de canción entrará Trane de nuevo. Sobre todo me niego a emplear las palabras: misticismo, tantra, saxo, poesía, espiritualidad, amor, línea de bajo, dios, tenor, suite. ¿Qué puedes decir de un disco así? ¿Quién soy yo para hablar de un disco así? No sabría explicar lo que puede hacer sentir este disco. Da igual lo bueno que seas o que tu solo sea mejor, NADIE sabe entrar en los temas como cuando irrumpe Trane. Algo es algo.
Mejor lo dejamos. Tocaba mensaje gilipollas. Será eso. Escucha el disco.
Sigamos con otro tema.
miércoles, junio 14, 2006
Standing in the Shadows of My Girl
Así es, The Funk Brothers estaba compuesto por los músicos de sesión que grabaron las mejores obras de la Motown: The Temptations, Stevie Wonder, Marvin Gaye, Commodores, Gladys Knight & The Pips, Supremes, Martha & The Vandellas, etc. etc. La película muestra a los responsables directos de eso de lo que tantas veces se conoce como el "sonido de la Motown". En algún momento puede parecer que peque al insinuar que The Funk Brothers fueran la única causa de este éxito, cuando obviamente también influyeron equipos de creadores, productores, o ambas cosas a la vez (como el tándem Holland/Dozier/Holland, Smokey Robinson, etc.) e intérpretes mágicos. Pero es justo remarcar que, dentro de ese engranaje, los músicos también tuvieron un papel fundamental.
A quien conozca el funcionamiento de la Motown no le aportará información nueva, lo realmente interesante (y emotivo) es ver y oir de los propios músicos mil y una anécdotas sobre las grabaciones, tours, etc. lo que provoca que durante buena parte del metraje estés con una sonrisa. Sin embargo, la película también cierta poso de amargura al ver la total falta de reconocimiento hacia los creadores de tantas y tan maravillosas canciones. Dos momentos se me quedaron especialmente grabados, cuando se relata como James Jamerson (las explicaciones sobre quien es este señor daría para rellenar un blog) tuvo que comprar en la reventa una entrada para el concierto del 25 aniversario de la Motown, y una pequeña anécdota de lo que le ocurrió a Robert White en un restaurante.
Robert White fue uno de los guitarristas de la Motown. No os molestéis en buscar información de él, apenas encontraréis nada suyo en Internet, ni en Google, ni tan siquiera aparece en Allmusic, ni tan siquiera en los créditos de la mayoría de los discos que seguramente grabó. Un ejemplo más de la falta de reconocimiento de la que hablan sus compañeros de la banda. Desde que ví el documental he rastreado cuantos datos pudiera localizar suyos y son más bien pocos. Seguramente necesitaríamos poder consultar los archivos de la Motown para ver en qué grabaciones colaboró. Sé que tocó en "My Cherie Amour" de Stevie Wonder, en prácticamente todo lo que grabaron los Miracles pese a que no esté acreditado en ningún disco oficial. Poco más. Bueno, dos datos más por los que, sólo por ello, debería todo el mundo tenerle presente:
- Robert White creó y grabó la guitarra de "You keep me hangin´ on", ¿quién más puede hacer un riff imperecederamente reconocible con una única nota?
- Robert White creó y grabó la guitarra del clásico "My girl". Escucha la primeras notas de su guitarra y cómo se repiten a lo largo del tema: ¿se puede hacer algo más perfecto que eso?
Robert White
Cuenta un compañero suyo de sesión que, décadas después de crear ese clásico, estaban comiendo en un restaurante cuando justo en el momento en el que el camarero les iba a servir sonó "My girl" en el hilo musical. El camarero, según creo, hizo algún comentario sobre lo buena que era esa canción, a lo que White respondió: - ¿Quiere saber usted una cosa de esa canción?... No dijo nada más. La vergüenza le impidió decir nada más. Tal como reconoció a su compañero, no quiso terminar su frase porque, ¿quién le iba a creer? Esa canción era de Smokey Robinson, la popularizaron los Temptations, ¿cómo iba a ser ese gordo desconocido el creador de ese mágico inicio de guitarra?
Quizás pueda parecer una gilipollez, pero si lo piensas detenidamente, en un tiempo en el que cualquier gilipollas se pavonea por haber grabado y colgado cualquier mierda en internet, ha de ser jodido saberte creador y partícipe de unas cuantas docenas de canciones más famosas que Jesucristo y que nunca se te haya reconocido. Y no hablo a reconocimiento monetario, que tamposo, sino al respeto, reconocimiento y/o cariño de los millones de personas que disfrutan de esas canciones. Cada vez que escuchéis este tema u otros de la Motown brindad por el bueno de Robert y por el de sus compañeros.
Cheers Robert!
Borja en Jazz
lunes, junio 12, 2006
De Edimburgo a Londres
Pese a que prefiero su voz, seguramente Julie London nunca tuvo mejores dotes vocales que Gisele MacKenzie, Irene Kral o Chris Connor, pero, si todavía no te ha quedado claro, tenía algo que éstas ni conocían: una capacidad innata para hacer liberar estrógenos en cantidades industriales. Es por ello que sus primeros pasos importantes en el mundo del espectáculo fue como pin-up, pasos que le sirvieron para dar el salto al mundo del celuloide y de ahí, de la mano de su segundo marido, Bobby "Get your kicks on Route 66" Troup, al mundo de la canción.
En algún momento de su carrera quizás pudo abusar en el empleo de sus "armas de mujer" en sus portadas, y raro era el disco en que faltase alguna letra con fuerte contenido sexual (aunque pasando de puntillas por el tema, estamos en los años 50), lo que unido a una voz, ya de por si sensual, que parecía estar cantando mientras fumaba el pitillo post-coital, era pasaporte seguro para conseguir unas ventas más que suficientes.
No son pocos los que tienen la idea equivocada de ser una cantante prescindible cuyo éxito se debe a una cara y cuerpo bonitos, ni son pocos los que opinan (o mejor dicho, creen) que lo único meritorio de su carrera es el clásico "Cry me a river". Lo cierto es que si profundizas en su discografía con que salvo un bajón en la primera mitas de los 60, su carrera está repleta de discos que a mi me parecen fantásticos. No hay que olvidar que su marido se preocupó de que estuviese siempre rodeada de buenos productores (a veces él mismo), músicos de primera fila y de los mejores arreglistas.
Especialmente doloroso es que no se repusiese a nivel de ventas del bajón que tuvo en los 60, ya que a mediados de esa década sus discos de nuevo recobran el brillo de sus mejores obras. Quizás con unas mayores ventas (mierda de críos de la edad de Acuario) su carrera se hubiese prolongado más y nos hubiese dejado algún disco más para el recuerdo. Algunos críticos dicen que su voz por aquel entonces había empeorado. A mi personalmente me parece que había ganado algo de aspereza, lo que le daba todavía más encanto como se puede comprobar en discos como "Nice girls don´t stay for breakfast" o "Yummy, yummy, yummy".
Mi disco favorito suyo sigue siendo el primero "Julie is her name Vol. 1", donde nos encontramos a la cantante únicamente acompañada por un contrabajista y un guitarra, Barney Kessell, que siendo unos de los mejores guitarristas de la historia parece que para mucha gente de los que le recuerdan (que tampoco son tantos) se limita a ser el guitarrista que estuvo en la banda que montó Chico Marx. El disco recoge 13 temas en 31 minutos (de nuevo la duración perfecta) entre los que cabe destacar su clásico "Cry me a river" y versiones de standards de Gershwin ("It´s wonderful"), Rodgers & Hart ("It never entered in my mind"), Cole Porter ("I love you") o Irving Berlin ("Say it isn´t so"). Dudo si fue el primer intérprete en afrontar un disco de este estilo acompañada únicamente por guitarra y contrabajo, pero lo cierto es que a raíz de este trabajo infinitus de artistas se lanzaron a sacar obras con el mismo formato, desde Sarah Vaughan a Chet Baker.
Tres o cuatros más tarde grabaría con el mismo formato (aunque sin Kessell a la guitarra) el volumen 2, disco que si bien no está a la altura de la primera parte es también bastante recomendable, aunque solo sea por la versión del Blue Moon, para mi gusto la mejor desde la grabada por Elvis.
domingo, junio 11, 2006
Run Rudolph (Hess) Run
Ya hemos tomado la decisión e incluso comprado los billetes: del 31 de julio al 7 de agosto nos vamos a Escocia. La base de operaciones será Edinburgo, más que nada porque es donde viven unos amigos que nos han ofrecido amablemente su salón, pero espero alquilar un coche y poder pasar un par de días en las Highlands y ¿por qué no? localizar la granja donde aterrizó Rudolf.
Las dos semanas restantes de vacaciones las pasaremos a matacaballo entre Borja y Casetas, con alguna más que probable incursión a Po o a la zona de las Landas (cruzo los dedos por esto último).
La verdad es que no se está dando nada mal este año en cuanto a viajes: La Alberca, Cabo de Gata, República Checa y, abusando de nuevo de la hospitalidad de conocidos (aviso al resto de amigos en el exilio), Suiza. Espero sobre todo poder ir a Berlín antes de final de año, algo que llevo metido entre ceja y ceja desde hace algún tiempo. Más que nada porque con la boda acechando en marzo del próximo año toca apretarse los cinturones cosa mala. Lo único que echo de menos de la mierda de mi anterior trabajo es los viajes que tenía, no me habría importado quedarme si no hubiese corrido el riesgo de que me mandasen 8 meses a Rusia.
sábado, junio 10, 2006
viernes, junio 09, 2006
Rockford vs Síndrome Some Girls
El síndrome Some Girls debe su nombre al Lp que publicaron Sus Satánicas Majestades en 1978. Como cualquier conocedor de los Stones sabrá, desde entonces la banda no ha sacado un disco que pueda tratar de tú a tú a ese trabajo o cualquiera de sus obras clásicas. Como cualquier conocedor de los Stones sabrá, cualquier lanzamiento de esta banda a lo largo de los últimos 20 años se ve irremediablemente acompañado de piaras de críticos repitiendo hasta la saciedad que estamos ante su mejor de los discos desde el Some Girls. Lanzamiento tras lanzamiento se repetirá la cantinela, y lanzamiento tras lanzamiento te cagarás en la madre que parió a Paneque de lo mediocre que es el disco. Muy de vez en cuando aparece un destello que recuerda vagamente a lo que una vez fue y que, definitivamente, ni lo es ahora, ni lo será nunca. Quizás no siempre sea un mal disco, quizás incluso a veces sea bueno, pero parece que el gatillo de "el mejor disco desde..." anda demasiado suelto. Y no estoy diciendo que sea imposible rehacerse de un bache creativo excesivamente largo (pienso ahora en Dylan o Cash), pero lo habitual al leer un crítica musical sobre el renacimiento de una banda es que en realidad nos encontremos ante un crítico que ha sucumbido al Síndrome Some Girls (a partir de aquí S.S.M.).
Cheap Trick tienden a provocar este tipo de síndrome. Desde la publicación de "Woke up with a monster" en 1994, con cada lanzamiento se ha repetido que era su mejor disco desde "Dream Police" pese a que la cruda realidad es que NO ha sido así nunca (lo que no quita que sí hayan sacado algún disco bueno, "Cheap Trick"). Y nos encontramos con que llega junio de 2006, han pasado 27 años desde la publicación de su famoso disco producido por George Martin, y Cheap Trick sacan un nuevo disco llamado "Rockford". Leo el título y me regodeo automáticamente pensando en la cantidad de plumillas afectados del S.S.M. haciendo alegorías fáciles sobre la apoteósica vuelta a sus orígenes y el titular el disco con el nombre de la ciudad de origen de la banda (Rockford).
Llega el momento de la verdad: Pincho el primer tema, "Welcome to the world", y me imagino inmediatamente a Alvarognr haciendo coros en los primeros versos. Y eso, amigos, sólo puede ser bueno. MUY bueno. No nos alarmemos, pasemos al siguiente tema, "Perfect stranger". También LO tiene. Esto es un hit."If it takes a time" es un medio tiempo clásico de la banda. Con "Come on come on come on" estoy brincando en el salón de la casa. Sorpresa: ramalazo funk (¿Prince viene a mi mente?) de "One more day" con una guitarra de aupa. Y así hasta completar los 12 temas que conforman el disco. Que no te confunda la referencia al geniecillo de Minnesota, en el disco están todos los componentes de los Cheap Trick clásicos (argh! lo dije): melodías vocales marca de la casa, mirada de reojo a los Beatles ("Dream the night away"), riffs de guitarra que con escucharlos una vez sabes que te acompañarán de por vida, hard rock y bubble-gum pop en la coctelera, etc. etc. S.S.M.??? NO!!! Esto me temo que es definitivo: Zander & Cia. han sacado su mejor disco desde "Dream Police" (aarggh!). Han pasado varios días desde la primera escucha y mi opinión respecto al dicho no ha hecho más que mejorar. Cheap Trick no aumentarán su grandeza por este disco, ni será éste recordado como su mejor obra, pero sí que es un trabajo sorprendete e inesperadamente bueno. Ahora queda esperar que de una vez alguien se anime a traerlos aquí y, si puede ser, que no sea de paquete es un festival.
jueves, junio 08, 2006
martes, junio 06, 2006
Menú del día
Terry Anderson - Ass kickin´ team
Charlie Parker - Complete Savoy Live Performances
Hal - Hal
Frank Morgan - Frank Morgan
Tim Lee - Crawdad
Buddy Miller - Midnight and lonesome
Pearl Jam - Pearl Jam, Ten
Diamond Nights - Popsicle
Gerry Mulligan - The Gerry Mulligan Songbook
Neil Young - Living with war
Brinsley Shwarz - Silver Pistol
Undertones - The very best
Primal Scream - Rior city blues
The Jam - All mod cons
sábado, junio 03, 2006
Deadstring Brothers
En su web insisten en que no se parecen a los Stones y que sus influencias están deeply rooted in the storytelling and instrumental traditions of Hank Williams, Johnny Cash, and the “Outlaw Movement” , así como que el cantante bebe de influencias modernas como Jeff Buckley, Leonard Cohen o Nick Cave. Lógicamente tanta insistencia en no parecerse a Sus Satánicas Majestades hace sospechar, y es que finalmente, el disco suena (mucho) a los Stones época Sticky Fingers, sobre todo en los temás más pausados. Incluso Kurt Marsche se transmuta en un Jagger lovincupiano en temas como Light go out o Blindfold. A ratos pueden recordar también a Gram Parsons, principalmente por los coros de Masha Marjieh, que traen a la mente las voces que metía Emmylou en los discos del vaquero.
Pero no nos equivoquemos, no son un doble stoniano ni se limitan a ser un cúmulo de cliches. El grupo, que a estas horas ya habrá sido catalogado en ese cajón desastre que es el movimiento Americana, merece la pena y han facturado un disco que, con el pero de la ausencia de algún tema que te abra las entrañas, es altamente disfrutable y recomendable siempre y cuando no esperes de él un nuevo clásico atemporal. Y con un duración correcta: 38 minutos. Esperemos a ver qué nos depara esta banda en el futuro.
jueves, junio 01, 2006
Gerry Mulligan
- Se dejó fotografiar llorando a moco tendido cuando le pillaron con drogas en 1953.
- Era pelirrojo.
Pese a estos dos errrores imperdonables, quizás sea uno de los mejores saxo barítonos que han existido y su carrera, demasiadas veces a la sombra de primeras líneas como Krupa o Miles, destila clase y saber estar por todos los lados. A diferencia de muchos músicos destaca no sólo como instrumentista, sino también como compositor, arreglista, director tanto de pequeñas como grandes bandas, etc.
Cool, baby, cool
Irlandés, católico, de clase media, hijo de puta, pedante y convencido de tener la voz de Dios en su saxo (y pelirrojo), con tan sólo 18 años ya estaba enrolado dándole al saxo alto en la big band de Gene Krupa, a quien cedió su clásico Disc Jockey Jump. Tras tras un breve paso por la orquesta de Claude Thornhill, nos lo encontramos armado, ahora sí, con su saxo barítono en el noneto clásico de Miles Davis que crearía el Birth of the cool, con dos temas arreglados por él y otros tres firmados por su puño y letra. Y aquí ha empezado lo bueno amigos.
En 1951, con la esperanza de desengancharse de la heroína se larga al oeste, donde decide formar su propia banda con un tal Chet Baker que le han recomendado. Dicen las malas lenguas que las primeras palabras que se intercambiaron en la prueba fueron:-No vuelvas a hacer eso bajo mi techo.- Vete a la mierda. Lo cierto es que la relación entre ambos nunca fue buena pero la compenetración musical entre ellos fue máxima: en escena ni se miraban ni se dirigían una palabra (es lo que tiene ser cool) para, nada más bajar del escenario, y a salvo de las miradas del público y del resto de la banda, abrazarse como críos si la magia había tenido lugar. Durante los meses que duró esta colaboración tomó (-aron) el movimiento cool que había creado un noneto en Nueva York, le hicieron crecer, madurar y perfeccionar hasta el punto de tocar techo. A partir de ese momento poco camino hubo que recorrer, y otros serían los que lo alargarían.Pese a que se siguieron registrando magníficas grabaciones, Gerry Mulligan parió (junto a otros) y agotó el cool. Recomendaciones de esta época? El triple recopilatorio que recoge todo lo que grabó junto a Baker para Pacific Jazz Records . Igual hasta lo subo.